Dicen, que no hay nadie como tú. Que todos somos distintos y que a cada cual se le coge su gracia con el tiempo o con la intención. No hace falta ser un bajo-alto o un feo-guapo para sentirse diferente-único. Porque únicamente necesitamos ser constantes para ser como nadie ha sido. Pero, eso cuesta (como la fama). La procesión va por dentro y el proceso es tan tortuoso y curvilíneo que ni el mismo Joseph K. llegará nunca a comprenderlo. Así que dejémonos llevar, como si fuésemos un lindo putón verbenero bailando pasodoble o una pelusa de chopo en domingo por la tarde.
Y si nadie se da cuenta todo pasa y a la vez, permanece. Si pasa algo, es tráfico, aunque sea en pequeña cantidad, porque se empieza por el consumo propio y acaba uno pasándolo pirata a dos metros bajo tierra junto a sus dos tibias. El tiempo nos posee, aunque algunos intentemos escaparnos y como oí una vez un gallego que pasaba por delante: « Pues eso, que yo, no sé, que tengo 60 años, pero que sigo viendo a los de la cuadrilla o incluso a la mujer como hace 30. Igual que siempre. Como si no hubiera pasado el tiempo ».
Personalmente; pertenecemos a una corta estirpe de vulgares currelas que nunca destacaron por sus grandes hazañas o sus grandes fortunas. Que tuvieron la vida que se esperaba de ellos en los tiempos oscuros en los que vivieron y que no destacaron nada más que en el ámbito íntimo y sólo a veces. Pero, ¿por qué la marca de Caín?¿qué sentido?¿qué sentimiento? Pues es sencillo, amigos y enemigos: todo el mundo quiere ser único. Hasta la más arrastrada chusma tiene visión trascendente y nada pueden las connotaciones con una sana intención de ser único.
Y por fin, las 3k: Un referente cristiano fratricida, un abuelo de culo católico como referente no conocido en persona del que heredé el nombre de Caín y un Sr.K que no sabe que pensaría su abuelo, si le viera haciéndose autorretretes por cada sitio que pisa. Lo que ven en la imagen es lo que hay.
Los hitos son para dejarlos en el camino y no para pararse en ellos. En los veintitodos caben los que estuvieron, los que están y aún hay hueco para los que vengan. Esto sólo acaba de empezar.
No me den pan, denme amor, que mola más.
Banda sonora recomendada:
- «Nadie como tú» x Super Skunk – «Sea como sea» (2001).
Piedras únicas estas que son traidas y llavadas a Cara-Denia.(Rodapozos en el mapa,término de Cardeñajimeno) Las últimas desde las antípodas como se muestra en la postal, pinchándome.
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Te invito a ti y a Luna de Burgos que os paseis por allá
1- Para ver que algo se mueve es necesario tener referencias estaticas con respecto a las cuales medir el mismo. Con el tiempo, cuando tus referencias son tambien moviles ( mujer y cuadrilla tambien envejecen…), es facil perder la perspectiva de su paso del tiempo, como le pasaba al gallego… a mi me pasa.
2 – Cain, felicidades ááá eres unico,…. pero manten lejos de ti las quijadas…
Magnífica reflexión sobre el tiempo y el espacio de la vida.
Yo cargo con ambos en mí mismo, pero se van cambiando y juegan, entre ellos, como pequeños diablos cojuelos.
Desde hace años no oía hablar de la marca de Caín. Quizá desde que leí, en las brumas en las que pensaba que el tiempo no era una circunstancia, «Demian», de Hesse.
A pesar de todo, Sr.K., la física y la biología nos arrastra siempre hacia un tiempo y un espacio, y se empeña en recordarnos que en realidad, lo nuestro es sólo nada.
Yo soy único, como único es mi pensamiento.
El tiempo es una magnitud, aunque abstractamente lineal, informe, maleable y relativa. La putada es que se empeña en dilatarse o contraerse como le viene en gana. Lo mejor es dejarlo pasar, pero sin distraerse demasiado de sus intenciones.