Navidad o Muerte

Desea Feliz Navidad

áVa por uhtedes! No abusen demasiado de todo lo que se abusa en estas fiestas. Más imágenes como la que sirve de base al christmas » Scared of Santa

Christmas Virtual inspirado por el siempre inspirador el_ucraniano_aniano con clara vocación de homenaje a SuperSantiego y su Realidad Estupefaciente.


Banda Sonora Recomendada:
Navidez Rock (villancico sucedáneo) x Sr.K & Cía. www.myspace.com/elsrk – 2008-2009

PequeRelato agostero – el excursionista reprochador

áAy! Zarza, zarza. ¿Tan rica es tu savia que la defiendes con espinas…

ááAumpf!!

hija de puta?

Banda Sonora recomendada:
«Naturaleza» x Siniestro Total – Siniestro Total II – El Regreso (1983)

En Spotify: Siniestro Total – Naturaleza

Otros PequeRelatos: PequeRelato agostero – Control del espacio-tiempoPequeRelato NevadoPequeRelato lluvioso«Entras» PequeRelato I

PequeRelato agostero – Control del espacio-tiempo

«áHala! áHasta el día uno!. Por Dios, que se haga largo, que se haga largo»*

áBuf!

* Señora montando en un coche en el que espera su marido la tarde de un viernes que, casualmente, es 14 de agosto.

Banda Sonora recomendada:
«Hasta el lunes» x Los Enemigos – La cuenta atrás (1991)

En Spotify: Los Enemigos – Hasta el lunes

Otros PequeRelatos: PequeRelato NevadoPequeRelato lluvioso«Entras» PequeRelato I

La lucha diaria

Me la ha vuelto a liar. Ayer mismo según salía del baño me puso una silla-trampa con cuchillas con la que casi me cerceno las piernas. Cada vez sus escaramuzas son más frecuentes y estoy notando que ya me está afectando a los nervios. Duermo mal y respondo peor cuando me hablan. Estar casi 24 horas al día alerta en tu propia casa te vuelve un poco irascible.

De todas formas, cada vez que sufro un ataque siempre me queda el recurso de la trinchera del salón para guarecerme. Me dolió tener que levantar el parquet y sudé la gota gorda para colocar los sacos terreros, pero desde ese día ni el enemigo ha avanzado ni yo he retrocedido. El alambre de espino le da tanto miedo como a mí.

No le perdonaré nunca lo del gato. Nunca. Sobre todo porque fui yo mismo el que le dio el cachito del filete. No sé como carajo consiguió evitar la bandeja electrificada del frigorífico. Desde entonces, ya no tengo un método fiable para saber si ha manipulado mi comida. Vivo a base de comida enlatada y cacahuetes sin sal, que son lo más aproximado a la fruta fresca que ingiero últimamente.

Hace tiempo que no lanza un ataque aéreo. No consigue ni rozarme. Un día, un morterazo poco atinado – Dios da pan a quien no tiene dientes – destrozó parte de la pared de la habitación de los invitados y su siguiente intento explotó en el salón de los vecinos de arriba provocando dos muertos y la insidiosa visita del perito del seguro que sólo ponía cara de asco cada vez que le caía algo del polvillo de los cascotes de lo que antes eran las paredes del piso.

Sombrajo en el pasillo

Yo sigo con mi táctica de guerrilla-toca-cojones. Le pongo cubos llenos de amoniaco o de cualquier otro producto de limpieza abrasivo en los quicios de las puertas. A veces, sin una regularidad fija, coloco cuerdas de piano cruzadas en el pasillo a la altura de la cabeza y le tiro un par de botes de gases lacrimógenos para que eche a correr. Tiene ya unas ‘líneas de expresión faciales‘ que no le quita ni la mejor crema. Hace poco, he conseguido un revólver – siempre me ha gustado lo de girar el tambor a lo ruleta rusa – y desde detrás del sofá le disparo a las rodillas cuando está desprevenido. áCómo se retuerce el jodido cuando acierto! Él ya se me llevó dos dedos de cada mano con la granada que me explotó en la cara cuando intentaba deshacerme de ella tirándola al patio interior.

No sé ni cuándo ni cómo acabará esto. Sólo sé que tengo al enemigo en casa y que lleva demasiado tiempo. Me tomé demasiado literalmente lo de «ten cerca a tus amigos, pero ten aún más cerca tus enemigos» que me dijo el Padrino (II).

Banda Sonora recomendada:

  • War x Edwin Starr «War»[Single] (1970).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/Edwin.Starr_War.mp3

Dios va en pantalón corto

ááEstamos perdidos!! áLo vi! Lo vi con estos – por otro lado – bonitos ojos que se van a comer los gusanos. Sí, era como una ameba del tamaño de un campo de fúbbol con miles de cilios ondulando como un mar orgánico. Brazos moviéndose al unísono dirigidos por un poder superior o ¿quizá por una mente superior?

Tengo vídeos que lo corroboran. Eran miles y miles de personas áLo juro! Todas átodas! histéricas. Fuera de sí y fuera de casa a pesar de las horas que eran ya.

Lo vi elevarse desde el suelo y nadie podía dejar de mirarlo. No es guapo, no es joven, además estaba completamente sudado y llevaba pantalones cortos. áPantalones cortos! ¿Me oye? ¿Qué clase de Dios lleva pantalones cortos? Supongo que como son entes venidos desde la otra punta del mundo, ya son raros de por sí.

Sé que usted no es nadie, pero sólo me he encontrado gentes con el movimiento de cabeza propio de los acólitos de estos nuevos Dioses. áHay que hacer algo…! ¿Eso que lleva es un collarín? Oh, no. Por favor, no me haga cuernos con la mano… Vale, esa camiseta la he visto antes… áMierda! sí que pone AC/DC… ¿Sabe cuándo sale el próximo avión a Bankok?

Dedicado al Sr. PITILLO, que lo pidió. AC/DC podrían dominar a la raza humana; lo viví en el Calderón, pero, por suerte para todos nosotros, sólo hacen rock. No les da por dominar mundos.

Tarde gris

No debí comer esas patatas con alioli y luego acompañarlas de ese cuarto de torta de jamón con tomate. Quién iba a saber que el bar estaba tan lleno y que me tendría que quedar en la barra con todos los pinchos a la vista. Y que tampoco tenían menú del día, qué carajo. No sé, como que había muy pocos locales hosteleros por esa zona y lo de comer de pinchos, como que me hacía. No me quería arriesgar a quedarme sin saciar el hambre de una dura mañana de trabajo. Que luego había que volver, como desgraciado currela de turno partido que es uno.

No debí salir del bar, pero es que hacía buen día. Sol caliente sin ser abrasador, hierba verde y fresquita en los jardines – de esa que ya predica el fin del verano – y ganas de conocer nuevos mundos hosteleros en esa terra ignota por la que deambulaba. Al final, resultó ser que no es que hubiese pocos bares-restaurantes-mesones-cafeterías, es que estaban muy escondidos.

No debí comerme todas las patatas fritas que acompañaban a los tres filetines. Sí, filetines, cañajos ellos, y tres eran, tres. No debí comerme los tres. El último, hasta me costaba. Quizá fuera por el pan tan rico que me pusieron para empujar las viandas y mojar en el moje.

No debí intentar lavar mi conciencia con una ensalada mixta de primer plato y un kiwi de postre. El problema de tener conciencia es que nunca se calma y siempre toca las narices.

Además, mi problema no es de conciecia, porque soy estúpido. ¿Qué coño hago con una barriga ahíta de sí misma y de nuevo en el trabajo? Tarde gris, amigo, aunque luzca el sol. Y aún diría más; tarde gris porque en la calle calienta el sol y aquí sólo hay aire acondicionado.

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áUn, dos, tres! áUn, dos, tres! Los párpados son enemigos, así que mejor no parpadear. Aunque piquen los ojos. Aunque el cuello se venza. Aunque… mmmh… ¿qué estaba diciendo?… esta tarde gris, o algo… ese sol que calienta… esas gentes paseando… mmmh… qué verdes colinas en las que el pastor me lleva a pasear mientras nos tomamos unas bravas viendo a Matías Prats en la tele…

Banda Sonora recomendada:

  • Me estoy quedando dormido x Hank – «áDios mío, Larry…! ¿Qué demonios es ésto?» (1999).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/hank.dormido.mp3

A protegerse y cubrirse

Estimado señor.

Empecemos como hay que empezar estas cosas: áhágase cargo!… No. No cargo político, sino que piense un poco en los demás. Aunque bueno, el programa de protección de testigos es así, no nos queda otra. Por lo que nos toca nos tendremos que acostumbrar a ello. Sé que usted no escogió la situación, que fue la situación la que le escogió a usted. Ya sabe, lo típico de «en el peor lugar en el peor momento». Además, si está protegido, mejor, porque ya se sabe que sin proteción no hay que ir por ahí.

Que le venía a decir que su salida precipitada hacia el anomimato dejó descolocadas a muchas personas. Que llevamos ya una temporada que no hay ni dios ni amo que las coloque. Ni con drogas, oiga. Tampoco es que se hayan echado a perder – siguen siendo números, perdón, útiles para la sociedad – pero sí que es cierto que se sienten desprotegidos por el programa de protección de testigos. Eso de no poder saber nada de nada y encima ni poder preguntar les desasosiega; «¿estará bien?, ¿rezará sus oraciones?, ¿comerá verdura y pescado?, ¿llevará pistola?…»

Testigos protegiendose

Pero, tampoco es plan de echar la culpa al programa de protección de testigos. Cuando se entra en el programa, suele ser por el bien del protegido. Al final ya se sabe que los mejores traidores siempre viven en casa y es mejor alejarse no vaya a ser que a algún cercano le dé por pasarse al otro lado. No, no, no vaya usted a pensar que le estoy llamando traidor. Quizá… ¿no-avisador?, por eso de «el que avisa…» más que nada. Tampoco tengo yo nada claro, si le digo la verdad. Será que de tanto dar vueltas el martini con vodka se revuelve en lugar de sólo agitarse.

En fin, que tampoco es plan de tocar las narices ni de meternos en camisas con las mangas atadas a la espalda. Esperemos que el juicio entre pronto y que deje usted de ser un testigo protegido. Aunque igual le gusta serlo y ni se presenta a la sesión del tribunal. Entonces prescribirá el delito con el paso del tiempo y ya lo de ser testigo protegido no tendrá mucho sentido. Porque la situación es esa ¿no? que ha tenido que acogerse al mencionado programa. Si no, no sé que explicación puede haber a su desaparición tris-tras ni lo ves ni lo verás.

Atentamente, uno que pasaba por aquí.

Banda Sonora recomendada:

  • (Tengo que hacer) los deberes x Los Enemigos – Obras Escocidas (2000).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/enemigos.deberes.mp3

Ilustrando a los hombres

In-formación roja

Los pasos marcianos sonaban sobre el asfalto.
– áAlerta, hombres! – susurró el comisionado.
Pasaban en ese momento ante un instituto de belleza.
Del interior de la casa surgió una risa furtiva.
(…)
– áEn nombre de Dios! – gritó Ettil, con los nervios deshechos –. áVolvamos a los cohetes! áVolvamos a casa! áNos agarrarán! ¿No las veis? áEsos horribles animales marinos, esas mujeres ocultas en sus frescas cuevitas de piedra artificial!
– áCállese!
Miradlas, pensó Ettil. Agitan los vestidos como agallas verdes y frías sobre las columnas de las piernas.
Ettil dio un grito.
– áCierre la boca!
– áVan a arrojarse sobre nosotros, esgrimiendo cajas de bombones y ejemplares de El amor y la moda y Bellezas de Hollywood, chillando con sus bocas rojizas y grasientas! áVan a inundarnos con trivialidades, a destruir nuestra sensibilidad! áMiradlas, a punto de morir electrocutadas, con sus voces susurrantes, sus cantos y sus murmullos! ¿Os atreveríais a entrar ahí?
– ¿Por qué no? – preguntaron los otros marcianos.
– áOs freirán, os sacarán la sangre! Nadie podrá reconoceros. Os harán pedazos, os azotarán hasta que no quede de vosotros sino un marido, un hombre trabajador, el hombre que paga para que ellas puedan venir a sentarse aquí, a devorar sus malditos chocolates. ¿pensáis que podríais dominarlas?
– Sí, por todos los dioses.
A lo lejos se oyó una voz, una voz alta y aguda, una voz de mujer que decía:
– ¿No es gracioso ése del medio?
– Los marcianos no son tan malos después de todo. Son sólo hombres – dijo otra.
– áEh, eh! áYoo-hoo! áMarcianos! áEh!
Ettil escapó dando gritos.
(…)

Ray Bradbury

Extracto del relato «La mezcladora de cemento» de la recopilación de relatos «El hombre ilustrado» – «The Illustrated Man» 1951. Traducción de Francisco Abelenda. Ediciones Minotauro 1977-1998.

Banda Sonora recomendada:

  • Los Platillos Volantes x Siniestro Total – Cultura Popular (1995).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/ST.platillos.mp3

* Pausa valorativa por la saturación de VídeoTrayectos. Volverán cuando sea conveniente. Gracias por su atención.

La paradoja de la invisibilidad humana

No es tan difícil lo de ser invisible. Quizá usted lleve siéndolo desde hace mucho tiempo y no sea consciente de ello. Lo difícil es asumirlo. Es duro asumir que cuando le miran a usted realmente están mirando a través de usted, al más allá, a un punto infinito. Con un poco de atención podría usted mismo apreciar cómo las pupilas de aquél que mira sin mirar se separan una de otra de una manera infrahumana a modo de rumiante – véase vaca, ciervo o gacela.

Ser invisible es más un no ser percibido que un salirse del espectro visible del ojo humano. Dense cuenta de que alguna vez ustedes han pasado por una calle y los de su alrededor sólo les han considerado una parte más del concepto cognitivo de «calle». No han sido individuos para nadie, no han sido nisiquiera nadie. ¿No se sienten ustedes como el árbol que cae en medio del bosque sin ser visto ni oído?. Será por eso por lo que la humanidad se obstina en plantar árboles para cumplir la trinidad árbol-libro-hijo. Si el problema es que los árboles se caen, pues que los árboles los plante siempre el humano. Siempre aguantarán más tiempo erectos y de todos es sabido la erección es muy importante para el hombre contemporáneo.

¿Quién anda ahí?

Ustedes a buen seguro que disfrutan de esa invisibilidad del ser humano con los otros seres llamados humanos. Seguro que van, vienen, miran y escuchan desde su invisibilidad lo extraños que somos en esta humana raza. Seguro que son discretos y corteses. Ni ruido ni miradas descaradas sobre sus sujetos de estudio. Seguro que mezclan conversaciones entre sí y almacena retazos de vida e ideas en su cabeza con cada trozo de habla que captan al pasar cerca de otras personas. Nadie les ve, pero ustedes los ven a todos.

En definitiva, ser invisible: no ser percibido, pero tener presencia y calor físico. Al mismo tiempo, seguir la máxima «Laissez faire, laissez passer», no intervenir, no colaborar. Observar científicamente, como SchrÃ?¶dinger observaba a su gato, pero sin poner en peligro la integridad del ente observado. Pero, ¿y si un invisible ve a otro invisible?¿como se da cuenta el invisible descubierto de que ahora es visible? Quizá los invisibles piensen que son invisibles porque los visibles que observan y desean al mismo tiempo no interactúan con ellos, pero ¿y si estos supuestos visibles son invisibles, observadores, que sólo están siguiendo el aséptico principio de la no-intervención?

Ser puramente invisible es duro y tener visibilidad es importante para evitar accidentes. Cuídense la vista y miren a su alrededor. Siempre hay nuevas formas de mirar a los que nos rodean.

Banda Sonora recomendada:

  • Todo negro x Los Salvajes – Los Salvajes EP (1966).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/salvajes.todo_negro.mp3

Unidades antagónicas

Adiós, amigho
– ¿Da usted su permiso?
– Usted por aquí de nuevo. Mmmh… Adelante, adelante. Dígame.
– Perdone la pregunta señor pero, ¿por qué me trata con recelo?
– Bueno, tampoco es intencionado, cadete. Es simplemente que cada vez que viene a verme las noticas que trae no suelen muy halagüeñas.
– Lo siento señor. Yo sólo cumplo con mi deber.
– Bien. Entonces ¿de qué se trata?
– Malas noticias, señor.
áNo me joda, cadete! ¿Otro desertor?
– Así es, señor. He esperado hasta el último momentos para confirmar mis sospechas, pero a día de hoy ya puedo confirmar que otra de nuestras unidades nos ha abandonado.
– No me diga más. Ha sido ese que llevaba ya bastante tiempo más allá que acá. Y eso que era de los mejores. Una pena, en fin. ¿Desde cuándo está con el enemigo?
– ¿Con el enemigo? No, señor. Es peor. No se ha pasado al enemigo, se ha convertido en nuestro antagonista.
– Pero… ¿qué pamplinas son esas de «nuestro antagonista»? Será el e-ne-mi-go, cadete, como siempre.
– No, señor. Es el an-ta-go-nis-ta. Una cosa es el enemigo y otra es el antagonista.
– … explíquese. Se está rifando una plaza en zapadores y usted está teniendo cada vez más papeletas
– … es bien sencillo, señor: el enemigo desea nuestro mal y en cambio, el antagonista es todo lo contrario a lo que nosotros hemos sido y somos.
– Así que según usted la última unidad que hemos perdido se ha convertido en todo lo que repudiamos, pero no nos quiere ver muertos…
– Así es, señor.
– Pero, entonces si no se ha ido con el bando del enemigo ¿con quién se ha ido?
– No lo sé, señor. Yo sólo le informo.
– Sí, sí cadete. Vuelvo a estar consternado… ¿sabe lo más desconcertante, cadete?
– No, señor.
– Que contra el enemigo sabemos qué hacer, cómo luchar y dónde encontrarlo, pero a los antagonistas ¿se les declara la guerra?
– ¿Es una pregunta retórica?
– Cadete, ¿alguna vez ha estado en el calabozo?
– ¿Señor?
– Es sólo curiosidad, por cambiar de tema. No merece la pena prestar más atención a los que no quieren estar entre nosotros. Como le iba diciendo, yo una vez estuve 15 días con sus 15 noches en un calabozo en el Aaiún, que en esos tiempos era territorio español y…
– Señor, ¿da usted su permiso para sentarme?
– Umh… sí, sí. Siéntese…

Banda Sonora recomendada:

  • Hombre solitario x Ilegales «El día que cumplimos 20 años» (2002).
    http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/ilegales.20an.hombre_solitario.mp3

Entrada recomendada de lectura a varios niveles: Perdemos Unidades