Elementos de la espiral. Parte I: El caos y el mandar todo a tomar pol saco

Bonita forma la espiral. Expansiva, pero a la vez retraída. Si gira y gira, hasta hipnotiza a los habitantes de las películas de Serie B. Vórtice casero que nos atrae y repele sin ser imán ni muhaydín. Tengan ustedes en cuenta que es la atracción la que cohesiona. Sí, a nivel atómico y a nivel atónito, que no vayan ustedes a decir que no se les llena la boca cada vez que pueden hacer mención a «La Teoría del Caos» en cualquier ámbito doméstico.

Háganse cargo – una vez más – de que necesitamos darnos explicaciones. Pero, si las damos con bata blanca y con una pizarra detrás nos quedamos como más tranquilos. La Teoría del Caos nos dice que la cohesión, el sentido y la existencia en el tiempo de cualquier sistema se basa en la atracción hacia un punto, objetivo, persona, cosa o ente.

áAy! Con lo bien que estaríamos con nuestros sistemas estables, siempre tendiendo hacia la misma dirección y sentido de nuestras vidas. Pero, nos vamos de la olla como garbanzos entripados. De repente, desestabilizamos todo nuestro acogedor y tranquilito persosistema grupal porque no nos creemos eso de la balsa de aceite. Más que nada porque nunca hemos visto una, ni navegando ni en embarcaderos habituales. áHala! áA tomar pol saco todo! áCómo las liamos! áLo estable es una mierda! áViva la incertidumbre! ááViva!!

Agarrando

«Por un lado, existe un atractor por el que el sistema se ve atraído, pero a la vez, hay «fuerzas» que lo alejan de éste. De esa manera, el sistema permanece confinado en una zona de su espacio de estados, pero sin tender a un atractor fijo.» Wikipedia dixit.

No piensen que el caos es estar en medio de la nada o que acabe en destrucción total. El sistema se vuelve caótico cuando tras desestabilizarlo lo volvemos a estabilizar con nuestro buen o mal hacer. El caos es la montaña rusa con sus subidones y sus bajones, no los bajones en sí. El caos es desconcertante porque nunca sabemos cuándo estaremos bien y cuando estaremos mal. Pero, al menos sabemos que lo que es estar, estaremos. La única certeza de un sistema caótico es que siempre en su desarrollo en el tiempo tras una desestabilización llegará una estabilización. El caos es imprevisiblemente cíclico.

Y ¿qué opina la espiral de todo esto? Pues qué va a decir, la pobre; que sufre en silencio el caos. Que si una de las fuerzas que provoca el caos es la de mandar todo a tomar pol saco, la otra tiene que ser la firmeza. Sí, la firmeza. Háganle caso, que de esto las espirales saben un rato. Aunque lo veremos luego, que ahora le viene mal.

Banda Sonora recomendada:
«¿Por qué yo?» x Los Enemigos – Tras el último no va nadie (1994)

4 respuestas a «Elementos de la espiral. Parte I: El caos y el mandar todo a tomar pol saco»

  1. Las espirales tienen dos sentidos, uno te lleva a expandirte hacia afuera de dos formas a su vez, una ordenadamente y con cada vueltecita vas creciendo lo que acaba con una forma definida y espacios entre lineas que se colorean facilmente si uno quiere.

    La otra es expandirse exponencialmente y en pocas vueltas abarcas muchí­simo espacio dejando una bonita estampa, pero con cada vuelta cada vez hay más espacio en blanco entre trazos, lo que hace que la linea tienda a convertirse en una recta, perdiendo su ser original.

    El otro sentido es hacia adentro, y generalmente te lleva a un sitio oscuro y poco agradable, como la espiral del agua al tirar de la cadena.

    Por lo que comentas el caos ese es biporal, y no se sabe como puede acabar para bien o para mal, que para eso es caótico.

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