Suenan unos toques en la puerta del despacho. Se gira el pomo y se abre lo justo para que asome un rostro que mira ladeado al interior.
– Esteee… ¿puedo pasar?
– Eh… sí, sí. – con aire distraído – Siéntese.
– Gracias.
Ambos personajes, frente a frente, se miran a los ojos. Comienza un silencio sepulcral que dura lo suficiente para ser incómodo…
– Sabe por qué le he hecho llamar, ¿no es así? – dice el que estaba tras mesa del despacho.
– Bueno, la verdad. Así, seguro-seguro, no estoy. – responde el recién llegado y baja la cabeza – La verdad que estoy un poco desconcertado. Usted nunca me había llamado para hablar conmigo y como…
– áBasta! – en tono cortante – No intente evitar lo inevitable. Usted y yo sabemos que ha fallado y que por eso está aquí…
– ¿Fallado? – con un hilo de voz – pero… no sé… ¿en serio?
– Desde hace un tiempo a esta parte su compromiso se había cumplido a rajatabla – levanta la barbilla – y esta semana ha fallado. No lo puede negar – baja el mentón y mira por encima de las gafas que lleva puestas a su interlocutor.
– Bueno, visto así, claro que he fallado. Pero, ya sabe. Es que he tenido mucho lío de aquí p’allá y luego un principio de semana duro…
– Si usted llama «lío» a salir dos noches seguidas hasta altas horas con varias mujeres diferentes los dos días, pues llamémoslo así.
– Joer, dicho así no suena ni tan mal. ¿Me lo podría apuntar en una hoja? ¿o grabarlo en mi mp3? Es para enseñárselo a mis amighos, que luego dicen que soy un sociópata.
– … – con los ojos como platos – De verdad que usted no tiene ni pajolera idea de qué va todo esto.
– ¿Es una pregunta?
– No, es el enunciado de una verdad absoluta.
– Ah… y eso es malo.
– ¿Es una pregunta?
– Sí, pero sin entonación interrogativa.
– Pues le respondo que sí. Que sí que es mala su irresponsabilidad y su falta de compromiso. Se empieza retrasando un post en el blog y se termina viendo la tele. Hay miles de blogueros perdidos por todo internet que sólo encienden el ordenador para poner el mesenyer y ver pogüerpoins que les envían por correo. Pocos consiguen rehabilitarse.
– Hombre, visto así es un poco tremendista ¿que no?
– Pero, vamos a ver – adelantando el cuerpo – ¿No sabe usted que la pereza es la enemiga de la actividad y que sin actividad no hay vida ni mundos dentro de mundos?
– Eso es una obviedad tan obvia que parece mentira que salga de usted.
– áEs usted imposible! – levantando los brazos en aspaviento – ¿Tanto le cuesta admitir que se ha dejado, que no ha hecho bien su trabajo, que no le apetecía?…
– Piénselo, usted que es tan culto e intelectual. – alza el dedo indice apuntando al techo y lo hace girar – No perdamos la sutileza de la insinuación. La poética del erotismo. El menos es más. Es tan obsceno afirmar con rotundidad que casi me puedo llegar a sentir azorado con esta situación que usted me está planteando.
Ambos personajes se aguantan mutuamente la mirada. Tras un rato de silencio incómodo, el personaje que hizo entrar al que se asomó por la puerta hace un gesto para que se aproxime su interlocutor.
– Oye – en voz baja – ¿tú cómo acabarías esta situación?
– Con una frase lapidaria y musiquita, como siempre.
– ¿Sabes? esta tarde una señora me ha enseñado el culo.
– Vaya una frase lapiraria de mis cojones…
– Y luego dirás que por qué tengo tan mal café. No me perdonas una, maldito perro del averno.
– Anda, anda… ya pongo yo la musiquita. Un combo Los Enemigos – Siniestro Total de delicatessen. Si es que no se os pue mandar hacer nada. Al final, to lo tie que hacer una…
Nos alejamos de los personajes y fundimos a negro. Aparecen los títulos de crédito con esta banda sonora:
- Tumbado a la Bartola x Los Enemigos – ¿Dónde vamos?
CD 3 del triple conmemorativo por los 20 años de Siniestro Total (2002).
http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/enemigos_siniestro.bartola.mp3
Genial, simplemente genial
…y vino el varias veces vapuleado por vago y vio lo que había hecho y vio que era bueno…
Porque de «el no hacer nada» también brotan cosas curiosas…