Estén atentos: no es lo mismo durar que permanecer. Tampoco es lo mismo permanecer que prevalecer. Affaires semánticos e interpretaciones variopintas aparte, ¿lo permanente es inalterable? ¿cómo se altera un impertérrito? No lo sé. «Yo sólo vine a comprar pan».
Intentando vislumbrar cuánto dura lo duradero nos podemos dar de morros con el «siempre» de toda la vida. Esperanzados e ilusos creemos que la garantía de nuestros actos, relaciones y quehaceres placenteros sobrepasa los dos años que por ley nuestro estado garantiza para el mundo popular, democrática y científicamente conocido como mundo realââ??¢.
La permanencia física no es la mejor muestra de la prevalencia de nuestras mejores relaciones. No por mucho salir amanece más temprano los domingos. Ni con el cambio de hora, sepan ustedes. Cuando compartir tiempo y espacio con alguien se debe a que uno no quiere desdecirse de lo que un día llamó «para siempre» o «yo siempre estaré allí», la permanencia por permanecer se convierte en un acto vacío. Existe pues un pacto de caballeros en el que ninguna de las dos partes dice que preferiría estar en otro sitio. Es que a los traidores se les fusila y eso da mucho miedo, dense cuenta.
Cuando «algo huele mal en Dinamarca» sus gentes se suelen acostumbrar al olor. Hacen como si no lo huelen, pero luego en el water, el lugar más íntimo de la sociedad occidental, se dejan llevar por las arcadas acumuladas durante toda una vida de mal olor. Así, nos encontramos con que lo único que realmente parece durar para siempre es el mal olor anejo a los ciudadanos, que hacen como si no les molestase, pero que tiemblan como Sr. Cabeza en el bol si tienen la más mínima sospecha de que alguien va a decirles que algo huele mal.
Así los impertérritos (en el cielo como en la tierra) aprietan los labios para no alterarse ante las obviedades que sólo son obvias para ellos, otros quieren que la garantía que acompaña a lo nuevo se extienda más allá de lo que la dura-lex manda. Donde no hay mata no hay patata y todos nos encontramos en la calle.
Un sponsorizado Bruce Lee decía lo de «Be water my friend». Lo permanente no es inalterable, es adaptable y de ahí su durabilidad. Lo único que hace falta es reconocer que todo cambia, fluye y se transforma. Cuando Dimamarca apesta quizá sea que el perro se ha cagado y que a nadie le apetece recoger sus heces. ¿Alguien ha visto mi kit recoge-caca de gran danés?
Banda Sonora recomendada:
- Por un amor… x Siniestro Total «Popular, democrático y científico» (2005).
http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/ST.popdemocien.amor.mp3
Los malos olores inmunizan por saturación, querido Sr.K.
Lo jodido es cambiar a peor. Mientras los cambios sean para bien, pues adelante.
@Sr.K
«Cuando compartir tiempo y espacio con alguien se debe a que uno no quiere desdecirse de lo que un día llamó «para siempre» o «yo siempre estaré allí», la permanencia por permanecer se convierte en un acto vacío»
Totalmente deacuerdo con esa cita. Yo creo en el compartir por afinidad y compatibilidad.
Se esta a gusto con quien se siente a gusto contigo, es algo que se nota enseguida.
Solo hay que buscar lo complementario, se es más feliz.
Estar por estar, con pareja o amigos sin tener demasiadas inquietudes en común no lleva a buen puerto. Seguiras siendo amigo o novio o marido, pero JAMAS compañer@.
Los compañer@s buscan juntos un fin común. Que enriquece a las partes y hace bueno el dicho de la unión hace la fuerza, entonces los «compromisos» desaparecen, se comparte una manera de vivir y se es más feliz.
La vida dura demasiado poco para no buscar y hacer lo que a uno le gusta con las personas que lo compartan contigo queriendo hacerlo.