Confesiones crepusculares

Mírate. En el dedo índice derecho, antihemorroidal y en izquierdo, pomada antihongos, porque en la piscina o vaya-usted-a-saber-dónde se pilla cualquier cosa.

Te miras ambos índices después de lavarlos – porque no se deben mezclas ambas pomadas – y los rozas con sus respectivos pulgares. Además, hoy no te has tomado las pastillas y notas que la urticaria idiopática que va y viene vibra bajo tu piel. Si no rascas, no habrá habones… Si no rascas, no habrá habones…

Te giras y acaricias tus curvas, bueno, tu curva característica de hombre. Con el dedo índice del antihemorroidal escarbas en el profundo agujero de tu ombligo y sacas una pelusilla que tiras al water. Como el dedo huele tras su visita al centro de la barriga, te vuelves a lavar las manos con agua muy caliente. Te acuerdas de un documental sobre gente con manías, fobias y comportamientos compulsivos.

Tras lavarte los dientes, cierras el tubo del dentrífico – tubo que preocupantemente tiene el mismo color que la crema antihemorroidal – con esos dedos índices que no puedes dejar de mirar. Exhalas tu ahora fresco aliento al espejo y mantienes la boca abierta. Entre empastes, fundas, agujeros negros en las muelas y las que echas de menos crees que conseguirás pagar la educación universitaria a los cinco hijos del dentista gracias a la dentadura completa que te tendrán que poner antes de los 50.

Cara en herrumbre

Desde detrás de tus gafas ves que tu ojo izquierdo está irritado por culpa de las gramíneas a las que te has enfrentado esta tarde sólo por salir a la calle.

Observas que los pelos de las orejas te han vuelto a crecer más negros aún, si cabe. Te fijas en el entrecejo y ves que se ha repoblado a pesar de tus esfuerzos a coup de pinza. Y hablando de pelos, mañana habrá que afeitarse y ya estás viendo una cana nueva en la barba. Aunque en peores sitios pueden salir… Abres el armario para comprobar que sólo te queda una cuchilla nueva y que hay poca crema hidratante. Esa crema hidratante que dices a los demás que usas en lugar del after-shave, pero que relamente utilizas en cara y cuerpo como vulgar metrosexual, te afeites o no.

Cortas un trozo de papel higiénico y te suenas los mocos. Vuelves a cortar otro trozo de papel higiénico y vuelves a sonarte los mocos. Carraspeas y toses tres veces. Antes los catarros te duraban dos días. Ahora, dos semanas.

Cierras la puerta del baño y con paso quedo te acercas a tu dormitorio. Según abres la puerta estornudas violentamente tres veces seguidas. La ráfaga de aire frío que entra por la ventana que te dejaste este mediodía abierta ha podido con tus senos nasales. Con el pañuelo de papel menos acartonado que encuentras entre los miles que tienes en los bolsillos del albornoz que llevas puesto consigues detener el hilillo líquido de moco que tu nariz ha comenzado a segregar tras los estornudos.

Ya una vez tumbado en la cama, colirio para los ojos y un chute de spray nasal para cada fosa, por eso del ataque de las gramíneas invisibles. Miras la hora. Poco más de las 12. Preparas el desperador y te das cuenta de que estás cansado, pero no lo suficiente como para caer dormido en 2 minutos. Miras tus libros y revistas. Decides que mañana irás a la biblioteca de una vez para tener algo nuevo que leer mientras esperas al sueño.

Apagas la luz y miras al techo sin ver. Te preocupa sobremanera que no recuerdes qué has comido hoy. Cuando por fin te viene el recuerdo, te giras y cierras los ojos. Con una medio-sonrisa que no se ve, pero que tú sientes te dices: «Mañana, más y peor»

Una cana en los huevos

Lo peor no es decirlo, es explicar cómo la has visto. Y visto lo visto, mejor no dar explicaciones si no te las han pedido. Una cana en los huevos es una muesca más en las cachas del revólver. Una blanca mácula en lo más profundo e íntimo de la masculinidad.

A pesar de todo, el hombre (véase macho) es capaz de convivir con la natural degradación de su cuerpo en perfecta comunidad. Es de recibo y de muy hombres cohabitar sin-vergüenza con las propias manifestaciones fisiológicas del nuestro cuerpo llamado humano. Si el cuerpo lo echa, será por algo. Y si además agitamos las sábanas, será porque simplemente nos parece mejor que no hacerlo.

Tampoco tiene el hombre (véase macho) reparo en ver como su cuerpo paga la factura que el tiempo pasa al portador. Si el cuerpo echa barriga, será porque nos cuidamos. Si nos huele la sobaquina, será por nuestras súper-feromonas. Si no se nos levanta, será culpa de los cuba-libres de garrafón, que si hubiésemos bebido sólo cerveza (¿nos cuidamos o no?) otro pájaro montaría. ¿Que hay canas en nuestra cabellera? Eso es que no nos vamos a quedar calvos (!?) y cuantas más mejor. Incluso, desde la oportuna (y agradecida en secreto por todos los hombres) aparición de George Clooney peinando sexys canas, no hay macho-humano que se sienta amedrentado cuando se le asoma al pelo el gris (no confundir con Gandalf).

Por huevos, no puede ser lo que parece

Hasta aquí, todo llevado dignamente, sí señor. Pero, eso de que te toquen los huevos, perdón… que les toque también a los testículos, ejem, desestabiliza a cualquier gran hombre. Debe ser el complejo de mamá-gallina superprotectora el culpable de la depresión. Reconozcámoslo: ver una cana acompañando al resto de los pelos del escroto no es un espectáculo agradable. ¿Se me pasa el arroz? ¿Por eso ya me empiezan a llamar señor los chavales que me piden cigarros? ¿Será del poco uso? ¿Tendré que empezar a congelar mi semen para en un futuro repartir mi semilla?

Y es que encima, está ahí, enhiesta blanquísima entre la negra marabunta pilosa, llamando la atención. áDios! ¿Donde están las pinzas de depilarme el entrecejo?

Banda Sonora recomendada:

  • «Brindis» x Los Enemigos – La Cuenta Atrás.
  • «Me pica un huevo» x Siniestro Total – Sexo chungo – Me pica un huevo (single)

Dedicado al zamorano universal que me descubrió a Los Enemigos y que puede decir lo de «basado en hechos reales». Salud y república allí donde estés.

También, una dedicatoria a Herenvardo, por su mente lúcida, por su endiablada juventud y porque parece que va a seguir la «Cadena Enemiga» gracias a un humilde servidor de ustedes.

Acción-reacción

Desapasionado. ¿dónde se fueron las ganas? No es apatía. Hace mucho tiempo que las cosas no te emocionan. Las disfrutas, vas y vienes, estás, las gozas, pero la patata no se te pone a mil.

Ya piensas que te has quedado sin alma, que la vendiste al mejor postor a cambio de que te dejasen de molestar las obsesiones en noches de insomnio. Ahora duermes mejor, pero ¿descansas?. ¿De qué vas a descansar si no has tenido en todo el día emoción que te desgaste?

Lo más cercano que tienes a la emoción son los momentos de ansiedad cuando echas de menos un cigarrillo. Claro, no podías hacer como los de tu edad. Emocionarte con cada principio de temporada del fútbol, con cada nuevo nacimiento y/o avance de su/s hijo/s o con cada nueva cortina para el salón. Tú, nada. Mucho movimiento y dinamismo, pero poca energía. ¿No has pensado en las drogas? No, claro, claro. La sobreinformación que hay sobre ellas les quita toda la emoción.

Humanito de mi corazón

Como sigas así te vas a quedar sin chicha. Será cuestión de lanzarse, a ver si así la sangre vuelve a fluir. Lanzarse a la vida, entiéndeme. No hacer puenting. Por cierto, el que se inventó semejante palabro merece una traición o por lo menos herpes bucales permanentes. Tú te mereces labios sanos, pero te lo tendrás que currar para que te desaparezca ese gris cenizo que a veces te sale de dentro. Desapasionado, pero con fe, esperanza y calidad.

Banda Sonora recomendada:
«La Espera» x Los Enemigos – Obras Escocidas 1985-2000 (2000).

En Spotify: Los Enemigos – La Espera

Autorretrete abrigado (XI) – Conmemorando la I Olla Digital

Autorretrete abrigado - I Olla Digital
Granja Escuela de Arlanzón, Burgos

Enlaces autorretréticos:

  1. [Autorretretes publicados en Sr.K]
  2. [El fotolog de los Autorretretes]
  3. [Autorretretes.org – áen obras!]

*Autorretrete conmemorativo con motivo de la I Olla Digital de bloggers de Burgos celebrada el 26 de octubre de 2008.

Para más información visiten la «crónica oficial»: Feliz digestión de la olla podrida.

Ruido

Multicolor personal

«..noesmalahorahastasemehahechocor..raverquequieresypidoenbarr..diosmuchahos..clink..»Ha estado bien«..eoqueporalliandasinosehaid..»Me ha gustado mucho«..clink..hivaperdona..jajajajaesonpuedeserverd..»¿Sí? Me alegro. La verdad es que son muy buenos«..clinkclink..balantainscolaydosmojit..»¿Qué? Que son muy buenos. Ah, sí unos musicazos.«..inoteabrasaachistesylueg..lounacervezaparamiyunbrug..nunderabadsign..»¿Qué tal lo del curro? Pues ahí andamos. Aha«..niamosquecambiardebarestoyaesunag..astiasnomedejannenpaz..clink..hombre..cuantotiem
..clink..clink»¿Por qué ya no sonríes tanto como antes?«..aversimecompr..jaja..» ¿Qué? Nada, déjalo«..clink..clink»¿Qué decías de antes? Que nada, déjalo«..tercounamasperomañanatengoquecurrar..perartutecreesqueesnormalparalaproximani..
clinkclink..begantocrawl..mefuego..»Bueno, me voy a casa. Bueno, ya si eso nos vemos la semana que viene. Sí, la semana que viene«..bornundera..raenvidia..vitoyoquemañ..clapclap clap clap, clap, clap…»

Banda Sonora recomendada:
«Voy a dormir» x Andrés Calamaro – «Honestidad Brutal» (1999).

Letras amusiK.das – Amiguita ansiedad

Cabeza de Mujer - Stephan BalkenholSegunda muestra de posibles canciones sin música, pero con letra del lado sano de la cabeza de Sr.K. Dedicado al mundo ansioso en el que vivimos y a la agradable coincidencia de recuperar antiguos escritos.

Disfruten:

Amiguita, amiguita.
Mi amiguita la ansiedad.
Bello nombre te pusieron
para ser un malestar.

Aunque a veces vas y vienes,
soy vivienda habitual.
Entre las tripas y el pecho
siempre hay hueco para estar.

Amiguita, amiguita.
Traicionera y tan sagaz
que aprovechas que estoy solo
para entrar sin avisar.

¡Buenos días! Me sonríes
y yo aún sin levantar.
Me acosté contigo anoche.
Dabas vueltas sin parar.

La química entre los dos
siempre te hace recular
y aunque empieces la maleta
nunca la terminarás.

Ni me quieres ni te quiero
y aunque quiera no te vas.
Ya no sé ni como echarte.
Tú no quieres ni marchar.

Anterior entrega de Letras amusik.das.