¿Qué diría su diario a la adolescente si lo hubiese abandonado durante un día? Seguro-seguro que la llave del candado no se abriría a la primera y la adolescente se pondría ansiosa. Después, no encontraría la última página escrita. Pasaría páginas hacia adelante y atrás con los ojos desorbitados mustiando «pero, pero…». El diario vibraría de regocijo sin que la adolescente lo advirtiese cuando comenzase su siguiente truco; mostrar sólo sus páginas en blanco. Entre asustada y cabreada, la adolescente arrojaría el diario a la cama, el cual, como broche final a su travesura, rebotaría blandamente y se quedaría por fin abierto en la última página que su dueña escribió.
Abrazada a sus propias rodillas y con los ojos húmedos quemándole, la adolescente miraría largo rato desde el ángulo opuesto de la cama al maldito diario que tan difícil se lo pone. De un brinco perfectamente ejecutado, gracias a su juventud y a las clases de ballet, se tumbaría boca abajo con los pies en alto y al mismo tiempo agarraría con firmeza al travieso diario con las dos manos. Estiraría maquinalmente su brazo hasta alcanzar su boli preferido de la mesa de estudio y suavemente, con algo de reparo, comenzaría a escribir en la hoja en blanco la fecha. Tras una pausa expectante ante las posibles reacciones del diario comenzaría a redactar con su mejor caligrafía
«Querido diario:
Lamento mucho haberte tenido tan abandonado últimamente. Te juro que no volverá a pasar…»
La adolescente sonreiría cómoda y confiada. El diario se dejaría llevar por el roce del boli, suave y cariñoso, como siempre. Escuchando a través de sus hojas, asentando y guardando secretos como sólo los diarios saben hacer y que tuenti, facebook y fotolog envidiarían impotentes desde la pantalla del portátil que reina sobre la mesa de la habitación.
Banda Sonora recomendada:
«En el 2000» x Natalia Lafourcade – «Natalia Lafourcade» (2002).
http://www.seriezeta.com/k/recursos/musique/natalia_lafourcade.en_el_2000.mp3